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60 Años de Fórmula 1
Así comenzó todo: la largada del primer GP de F1 en Silverstone.
La máxima categoría del mundo hoy cumple 6 décadas y aquí repasamos algunos hechos importantes de su riquísima historia.
Con la presencia del rey Jorge VI, la reina Isabel, los más altos funcionarios del gobierno, el cuerpo diplomático y 150.000 espectadores, El 13 de mayo de 1950 se celebró el primer Gran Premio de F-1, convocado por el Royal Automobile Club, de Inglaterra, en su antigua base aérea de Silverstone.
Estaban todos los equipos del momento, menos Ferrari que no acudió a la cita inaugural. "La fábrica Ferrari considera que sus coches necesitan algunos reajustes para enfrentarse con éxito a los Alfa Romeo, cuatro de los cuales participarán en el GP de Europa", indicaba el telegrama que recibió el comité organizador, aquél fin de semana.
Las crónicas de la época hablaron de quejas por parte de los aficionados por el funcionamiento de los baños y porque la carrera fue aburrida... Largaron 21 pilotos y luego de 70 vueltas al circuito de 4,7 kilómetros ganó Giuseppe Farina. El italiano había dominado la clasificación y también se quedó con el record de vuelta a 152,983 Km/h. de promedio. Pero el dato más curioso es que embolsó por ese triunfo 500 libras esterlinas (unos 578 euros al cambio actual).
Sin dudas Ferrari es sinónimo de Fórmula 1. Es que la marca italiana ha participado en los sesenta campeonatos. Por lo tanto, hablar de títulos y victorias también es hacerlo de Ferrari. 16 campeonatos y 211 triunfos son números extraordinarios que el resto está lejos de alcanzar. Detrás hay un trío que se destaca claramente del resto. Son Williams, nueve títulos y 113 victorias; McLaren, ocho y 166; y Lotus, siete y 79. Junto a las cuatro escuderías ya mencionadas hay otras escuderías que merecen ser resaltadas por su importancia en diferentes épocas como son Mercedes, Alfa Romeo, Maserati o Renault, entre los constructores de automóviles; Cooper, March, Tyrrell o Brabham, representantes de los llamados “garajistas” o grandes empresas como Benetton o actualmente Red Bull.
Hablar de pilotos en F-1 es entrar en relatos de ídolos, leyendas y anécdotas. Nombrar a todos los que han escrito páginas de oro en la competición necesitaría de varios libros, pero si hay algo indiscutible son los números, y allí hay el único rey es Michael Schumacher. El alemán lidera las clasificaciones de títulos, victorias, poles, vueltas rápidas, puntos, podios y más kilómetros como líder. Sólo el brasileño Rubens Barrichello le quita el cetro en el rubro de Grandes Premios disputados.
Junto al heptacampeón hay que resaltar otro nombre: Ayrton Senna. El brasileño llevó la F-1 a todos los confines del mundo gracias a su talento y personalidad. Además, todos tienen en la memoria a Prost, Fangio, Mansell, Stewart, Brabham, Lauda, Piquet, Fittipaldi, Hill, Clark, Farina o Hawthorn. Sin embargo, el romanticismo de la F-1 va mucho más allá de los fríos números y los grandes mitos no siempre responden al palmarés. Hombres como Gilles Villeneuve, Stirling Moss, Ronnie Peterson o Carlos Reutemann son recordados como grandes pilotos aunque ninguno logró ganar un Mundial.
La seguridad no siempre ha sido la mayor prioridad para la competición y las medidas, en ocasiones, no eran las más adecuadas. Pero todo cambió a partir del fatídico 1 de mayo de 1994 cuando el brasileño Ayrton Senna perdía la vida en el circuito de Ímola, ya que desde ahí no ha habido más muertes en el Mundial de F-1.
Por desgracia 31 pilotos han perecido en Grandes Premios o en entrenamientos privados. El primero fue el italiano Luigi Fagioli que se mató en los ensayos previos del GP de Mónaco de 1952.
En el medio murieron, entre otros, nombres como el italiano Ascari, el alemán Von Trips, el mexicano Rodríguez, el escocés volador Jim Clark, el austriaco Rindt, el neozelandés creador del equipo de Woking, Bruce McLaren, el sueco Ronnie Peterson o el canadiense Gilles Villeneuve.
Actualmente, no hay un evento que se celebre cada dos semanas que llegue a tanta gente como la F-1. Por eso las audiencias televisivas son altísimas. La pasada temporada fueron 520 millones los que siguieron los Grandes Premios, en 202 países, y en 2008 superaron los 600.
Una competición que genera más de 800 millones de euros en derechos comerciales y 215 en venta de entradas demuestra que nada es barato en la F-1. Los presupuestos de los grandes equipos superan los 300 millones por año y el valor de un monoplaza ronda el millón y medio, sólo en piezas, a los que hay que añadir el enorme coste de la construcción y mantenimiento de un túnel de viento que permita desarrollar el coche. En cuanto a los sueldos, oscilan entre los más de 30 millones de un piloto consagrado y los 55.000 euros de un mecánico normal.
Vaya que la Fórmula Uno ha cambiado desde aquél 13 de mayo de 1950… El gran cerebro de todo esto es Bernie Ecclestone, que ha logrado diseñar un entramado que combina un deporte de altísima tecnología, glamoroso y exclusivo; pero que, a la vez, es seguido por cientos de millones de personas.
FELIZ CUMPLEAÑOS A “LA MÁXIMA”
Así comenzó todo: la largada del primer GP de F1 en Silverstone.
La máxima categoría del mundo hoy cumple 6 décadas y aquí repasamos algunos hechos importantes de su riquísima historia.
Con la presencia del rey Jorge VI, la reina Isabel, los más altos funcionarios del gobierno, el cuerpo diplomático y 150.000 espectadores, El 13 de mayo de 1950 se celebró el primer Gran Premio de F-1, convocado por el Royal Automobile Club, de Inglaterra, en su antigua base aérea de Silverstone.
Estaban todos los equipos del momento, menos Ferrari que no acudió a la cita inaugural. "La fábrica Ferrari considera que sus coches necesitan algunos reajustes para enfrentarse con éxito a los Alfa Romeo, cuatro de los cuales participarán en el GP de Europa", indicaba el telegrama que recibió el comité organizador, aquél fin de semana.
Las crónicas de la época hablaron de quejas por parte de los aficionados por el funcionamiento de los baños y porque la carrera fue aburrida... Largaron 21 pilotos y luego de 70 vueltas al circuito de 4,7 kilómetros ganó Giuseppe Farina. El italiano había dominado la clasificación y también se quedó con el record de vuelta a 152,983 Km/h. de promedio. Pero el dato más curioso es que embolsó por ese triunfo 500 libras esterlinas (unos 578 euros al cambio actual).
Sin dudas Ferrari es sinónimo de Fórmula 1. Es que la marca italiana ha participado en los sesenta campeonatos. Por lo tanto, hablar de títulos y victorias también es hacerlo de Ferrari. 16 campeonatos y 211 triunfos son números extraordinarios que el resto está lejos de alcanzar. Detrás hay un trío que se destaca claramente del resto. Son Williams, nueve títulos y 113 victorias; McLaren, ocho y 166; y Lotus, siete y 79. Junto a las cuatro escuderías ya mencionadas hay otras escuderías que merecen ser resaltadas por su importancia en diferentes épocas como son Mercedes, Alfa Romeo, Maserati o Renault, entre los constructores de automóviles; Cooper, March, Tyrrell o Brabham, representantes de los llamados “garajistas” o grandes empresas como Benetton o actualmente Red Bull.
Hablar de pilotos en F-1 es entrar en relatos de ídolos, leyendas y anécdotas. Nombrar a todos los que han escrito páginas de oro en la competición necesitaría de varios libros, pero si hay algo indiscutible son los números, y allí hay el único rey es Michael Schumacher. El alemán lidera las clasificaciones de títulos, victorias, poles, vueltas rápidas, puntos, podios y más kilómetros como líder. Sólo el brasileño Rubens Barrichello le quita el cetro en el rubro de Grandes Premios disputados.
Junto al heptacampeón hay que resaltar otro nombre: Ayrton Senna. El brasileño llevó la F-1 a todos los confines del mundo gracias a su talento y personalidad. Además, todos tienen en la memoria a Prost, Fangio, Mansell, Stewart, Brabham, Lauda, Piquet, Fittipaldi, Hill, Clark, Farina o Hawthorn. Sin embargo, el romanticismo de la F-1 va mucho más allá de los fríos números y los grandes mitos no siempre responden al palmarés. Hombres como Gilles Villeneuve, Stirling Moss, Ronnie Peterson o Carlos Reutemann son recordados como grandes pilotos aunque ninguno logró ganar un Mundial.
La seguridad no siempre ha sido la mayor prioridad para la competición y las medidas, en ocasiones, no eran las más adecuadas. Pero todo cambió a partir del fatídico 1 de mayo de 1994 cuando el brasileño Ayrton Senna perdía la vida en el circuito de Ímola, ya que desde ahí no ha habido más muertes en el Mundial de F-1.
Por desgracia 31 pilotos han perecido en Grandes Premios o en entrenamientos privados. El primero fue el italiano Luigi Fagioli que se mató en los ensayos previos del GP de Mónaco de 1952.
En el medio murieron, entre otros, nombres como el italiano Ascari, el alemán Von Trips, el mexicano Rodríguez, el escocés volador Jim Clark, el austriaco Rindt, el neozelandés creador del equipo de Woking, Bruce McLaren, el sueco Ronnie Peterson o el canadiense Gilles Villeneuve.
Actualmente, no hay un evento que se celebre cada dos semanas que llegue a tanta gente como la F-1. Por eso las audiencias televisivas son altísimas. La pasada temporada fueron 520 millones los que siguieron los Grandes Premios, en 202 países, y en 2008 superaron los 600.
Una competición que genera más de 800 millones de euros en derechos comerciales y 215 en venta de entradas demuestra que nada es barato en la F-1. Los presupuestos de los grandes equipos superan los 300 millones por año y el valor de un monoplaza ronda el millón y medio, sólo en piezas, a los que hay que añadir el enorme coste de la construcción y mantenimiento de un túnel de viento que permita desarrollar el coche. En cuanto a los sueldos, oscilan entre los más de 30 millones de un piloto consagrado y los 55.000 euros de un mecánico normal.
Vaya que la Fórmula Uno ha cambiado desde aquél 13 de mayo de 1950… El gran cerebro de todo esto es Bernie Ecclestone, que ha logrado diseñar un entramado que combina un deporte de altísima tecnología, glamoroso y exclusivo; pero que, a la vez, es seguido por cientos de millones de personas.
FELIZ CUMPLEAÑOS A “LA MÁXIMA”
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